Se abrieron las puertas del Low Cost Festival 2012 el pasado viernes 27 para dar la bienvenida a decenas de grupos tanto de dentro como de fuera del panorama nacional. El ambiente, como suele ocurrir tras una espectacular campaña de márquetin, estaba caldeado en positivo. Nada nuevo bajo el sol hasta ese momento...hasta ESE momento.
Viernes 27 o Cómo conocer a Dios conquistando el escenario.
Empieza la jornada con ritmos poprock agradables gracias a The Right Ons y su más que destacada entrega al público. La gente aún está en ese proceso de precalentamiento, de control y son justo esos primeros compases los que definen la trayectoria de un festival como este. The Right Ons tienen un poco ese deje de rockerito de barrio bien que tanto seduce y a su vez una inusual fuerza en las guitarras, grandes protagonistas de su acústico e impecable concierto.
Tras estos llegaba el turno de Iván Ferreiro. Palabras mayores. Para no herir sensibilidades diré que la música de Ferreiro no solo gana en directo sino que debería hacerse un Iván Ferreiro In Concert cada semana. Sonaron clásicos como la increíble Años 80 o la impecable y formalmente guía para todos los músicos que deseen serlo Turnedo. Iván Ferreiro me hizo sentir, vibrar, emocionarme y tuvo también ese puntito so bored tan recomendable en cualquier intocable que se precie.
Lo de Suede no se puede describir. Sí, podría pasarme horas teorizando sobre Brett y su perfecto corte de pelo, su maravilloso sudor repartido por su camisa gris plata o sus impresionantes saltos entre el público. También podría pasarme horas debatiendo sobre su acojonante sentido del ritmo, la maravillosa y especial sensibilidad en los silencios y la energética bravura en los momentos álgidos. Hubo momentos del concierto en los que el público disfrutó y otros en los que directamente gozó. Brett sale del Low Cost con la camisa desarrapada pero el talento intacto. ¡God Save Suede! Un momento...pero si Dios estaba sobre el escenario.
Y tras ese concierto que nos dejó sin resuello y con un baladón final que raro fue quien no notase un nudo en la garganta Brett se fue y abrió las puertas a Supersubmarina. Señores del festival, porfi, no hagan que los apóstoles toquen nunca después de Dios. Supersubmarina tuvo momentos brillantísimos y muy entregados en temas como Canción de Guerra, McAlister, Hermética, En mis venas o la poética genial de LN Granada. Supersubmarina se queda en un homenaje a los fans más fans y en un concierto quizás algo hermético en su conexión. Chino necesita unas pequeñas dosis de extroversión.
Al tiempo que sonaban los Supersubmarina llegaba el turno de The Whip. Energéticos y sorprendentes dejaron a la multitud extasiada con sus temazos bailongos. Sí, esos que nunca se te ocurre poner para ligar pero que siempre acaban en un polvo. Pues de esos tocaron varios. Y es que ya sabemos que Movement Is Temptation a la que no se puede renunciar.
Y para acabar el primer día, justo antes de la raruna sesión de DJ COCO y la recortada (¿será la época?) sesión de 2manyDJs llegó una señora así como británica de toda la vida, de las de pinta a las 5:30 en la zona guiri, dispuesta y arreglá y entre cigarrito y cigarrito nos ofrece un concierto que releva a Brett en cuanto a conexión con el público. Sinceramente la Sra. Iversson es algo así como la versión rockera y punkarra de Cindy Lauper. Una adrenalítica sesión de fuerza que oscilaba entre el club show veraniego y la grandeza del mejor rock. Gratísima sorpresa pues fueron The Sounds.
Sábado 28 o Vivirás un hipogrito huracanado.
Segundo día y con el dolor de riñones a cuestas llegamos al concierto de Anni B Sweet. Imaginen una señorita muy aseñorada, cuelguen de su esbelto cuello unas cuantas guitarras y pongan delante de ella un micrófono para vivir una impecable actuación. Acústica hasta la médula la presentación del nuevo disco Oh, Monster estuvo plagado de momentos sublimes. Anni desplegó voz y encanto aderezando todo con unos tímidos "gracias, muchas gracias" absolutamente seductores. Tocó algo de lo viejo, mucho de lo nuevo y demostró que no quiere encasillarse en ese papel de música triste y bonita sino ir más allá entroncando incluso en algunas voces con la primeriza Björk de Post. Anni se llevó nuestros corazones conquistándonos con su pasión y entrega. Nos quedamos con ganas de más.
Tras Anni nos movemos hasta Fanfarlo y aquí debo decir que era el único grupo del que no conocía más de dos temas. Sinceramente, llamar pop rock íntimo a Fanfarlo es como llamar café italiano al capuccino latte de mi supermercado. Instrumentalmente seductores y originales en la propuesta el concierto no acabó de despegar. Demasiado momento de bajura, demasiada espesura en la trompeta y el violín, demasiada pose de "somos tan alternativos, o sea" y un concepto que quedó deslavazado por la hora y el momento convierten para mi en prescindible a esta banda. Espabilad, chicos, que London City es la vanguardia y tal...pero eso no lo justifica todo.
Y entonces, justo en ese momento en que uno piensa que ya lo ha visto todo en cuanto a rarezas...llega PLACEBO y se carga todo con un hipogrito huracanado que nos dejó temblando. Indescriptible lo vivido en ese concierto. Atestado y brillante el concierto de Placebo entonó comunión espiritual desde el primer momento cuando repetíamos espasmódicamente lo que Brian Molko nos marcaba en su You & Me. Los momentos de expresividad, su elegante castellano de playa mexicana, el carisma de los gestos, la composición del escenario y los apabullantes efectos sonoros y visuales nos hicieron vibrar como nunca antes. Se saltó de emoción con The Bitter End, se alucinó con el estreno de su nuevo tema en exclusiva mundial con un "tengo un manifiesto, un mensaje para España, nuevo tema en exclusiva mundial de puta madre" y ya nos morimos de placer con ese batería que parece una postal de Rambo feat Nirvana feat Rolling Stones.
Tras Placebo, así como quien no quiere la cosa Columpio Asesino quemó su munición en el Lower Escenario con una propuesta arriesgada por ser demasiado matizada. Mucha voz, mucha atmósfera, mucho rollo me vais a comer todo y una explosión final con Toro como buque insignia convirtió el concierto en un digno, sólido e íntimo viaje por la música de este grupo tan vampírico en su musicalidad. Nenes, que Parálisis Permanente se os nota un muchito, mi amiga Natalia dixit.
Y de columpiarnos a Go Citizens! va un paso. Y qué quieren que les diga...Citizens! son jóvenes frescos, agradecidos y van a dar mucho que hablar. Atentos a este grupo que despunta porque tengo la sensación que se los van a rifar de festival en festival y que nos auguran grandes escenarios. Para mi sin duda la sorpresa del sábado.
El cierre del sábado se estampó con un dual escenario techno en el que combatían la dureza hardcore de Make the Girl Dance y el neocubismo inteligente de Étienne de Crézy. Personalmente, ni uno ni otros me acabaron de convencer más por el contexto del desarrollo que por su ejecución. Y es que tras PLACEBO todo parece menos moderno.
Domingo 29 o como tocar el cielo sin remilgos.
Y llegado el domingo, el hígado bajo un brazo y la columna vertebral en el otro, nos encontramos con una serie de proezas que confirman este festival Low Cost 2012 no solo como la mejor edición hasta el momento sino como un punto y aparte en la trayectoria del evento. Consolidación absoluta. Éxito profundo que se siente bajo la piel. Y, ¿por qué esta efusividad? Se lo explicaré al respetable.
Imagen a un señor gordo, con barba y con guitarra, el anticĺímax de cualquier escena erótica y cierren los ojos. Luego podrán dejarse acariciar por sus notas despampanantes y por un flujo musical original hasta verle incluso atractivo y seductor. McEnroe fue sin duda una gratísima entrada en el domingo. Y tras él llega otro señor aún más freak y más extremo y nos planta un concierto abrumador en el que uno no sabía si funkear, cantar country o poner los dedos en forma de cuernos adorando el eterno rock. Bigott es desde ya ese imprescindible que cualquier festival alternativo debe presentar. Venció y convenció aguantando el tipo de manera incombustible. Ver para creer el trabajo de este señor que con su Cannibal electrificó nuestros pies.
Acabada esta parte y dejando atrás a Jero Romero con una actuación maravillosa según me dijeron llego hasta La habitación roja. Y, ¿qué decir que no se haya dicho ya de este grupo? Porque mira que somos pesadetes los españistanís con este grupo. Son impecables, apasionados, tocan pa'cagarse de bien, tienen forma y mucho fondo pero paremos de mitificarlos, por favor. Tanto mito me estresa. Y además precedidos por The New Raemon. Dicho de otra manera The New Raemon más La habitación roja igual a orgasmo.
Sin respiración, afónico y destruido hasta la última fibra empieza el concierto de Kasabian. A ver, por favor, es domingo, estamos derrotados, nos duele hasta el píloro y de repente me veo salir al hermano gemelo de Ewan McGregor acompañado de un morenazo melenas de esos de polvo a tope en párquing que nos ofrecen un concierto...¡Qué digo un concierto! Una master-class, una lección, una guía vital y moral para los tiempos musicales que corren. El público levitó. Brutales. Tremendos. Salvajismo. Violencia musical. Bomba. Explosión. Muero de placer. Parad esto que se me va la olla de tanto disfrutar. Dios mio quiero ser esa bandana en la cabeza del cantante. Y de repente...Una sentada multitudinaria, un agachaditos apoteósico que acaba en una explosión tan tremenda que aún estoy gestionando toda la información. Si además todo esto lo vives como fue mi caso al lado de la Etxebarría ya puedes morir tranquilo. Jamás he visto a nadie sudar tan bien en un concierto. Inolvidable.
Tras Kasabian y su espectacular puesta en escena el escenario Lower se vistió de zorra. No, no vino Andrea Fabra. Vinieron Putilatex. ¡Ay, amigos y amigas de lo hardcore! Putilatex se podría definir a grosso modo como electro punk. Pero todos sabemos que lo que son realmente: Zorrerio puro y del bueno. Según me comentan estuvieron en su línea humornegrista y follabocas de siempre. Y es que Puti en un escenario tiene más peligro que una bala de plata en casa del hombre lobo. Pusieron verdes a Veusta, se burlaron del entorno, agredieron los oídos y pasearon orgullosos sus órganos sexuales por un escenario que les acogió con cariño y alta estima. Putilatex fue sin duda ese paréntesis que sirve para explicar qué es alternativo y qué es underground. Mira una moderna o Monja enloquecieron al público hasta límites insospechados. Y como broche un homenaje a Almodóvar. Dios mio, Pedro, fíchalos aunque solo sea para banda sonora de un corto.
Al mismo tiempo que Putilatex desguazaba el buen gusto y divertía Vetusta Morla nos ofreció una actuación que solo puede describirse con una palabra: Sublime. Encajaron a la perfección abriendo el concierto con Mapas y cerrándolo con un final tan bruto, epiléptico, salvaje, potente y explosivo que consiguieron llevarse al público de su mano...Otra vez. Momentazos como El hombre del saco, Los días raros o la bellísima Copennaghe nos dieron algo de aire ante un concierto tan energético, entregado y dinámico que por momentos vi a Mike Jagger diciendo: Good job, boys.
Y tras esto...Tras esto más. O, ¿pensaban ustedes que se había acabado? ¿Han estado alguna vez en un gimnasio de posguerra? Pues cojan esos horrendos uniformes de calzopantalón blanco, camiseta Ferry's y zapatillas blancas y plántense en el escenario con dos toneladas de adrenalina, un chelo, una batería, un bajo, dos guitarras, un cantante y un grupo de coristas salido de un porno new age y tendrán a KAKAMADAFAKKA. Aún no lo he asimilado. Pero han sido un cierre tan espectacular y una revelación tan grande que repetirán seguro. Los queremos de cabeza de cartel ya. Quede claro.
Y en la triste despedida que siempre dejan estos eventos...De fondo sonando la sesión más bestial de Buffetlibre llegamos al final definitivo de tres jornadas infartantes en las que la música ha vuelto a demostrar ser el arte más primitivo y el más moderno. Nos llevamos de allí las risas, los saltos, los momentos que solo pueden sudarse una vez en la vida y el haber conocido gente absolutamente maravillosa. Sí, señoras y señores, este festival nos ha cambiado por dentro...¡Y de qué manera!
David Marzal
Yo sobreviví al Low Cost 2012