No le deseo ni a mi peor enemigo lo que ayer tuvo que vivir Juan Gómez Jurado en Twitter.
Como suele ocurrir en esa alocada y salvaje red social las polémicas se transforman en ataques y los ataques en ataques en masa.
Twitter es así, no nos vamos a poner a llorar ahora.
Pero la cuestión no es la oportunidad del ataque sino aquello que lo fundamentó,
Basta un artículo de opinión en la sección cultural de ABC para que tu vida se convierta en un infierno.
Y no, en esta ocasión no fue algo como aquel famoso Tetas y Becas de cuya autora no quiero acordarme.
Fue algo mucho más técnico y sorprendente: El mundo de la traducción.
Se ve que el señor Juan Gómez Jurado, traducido a 40 idiomas, hablante inglés-español desde los tres años, conocedor como pocos de la cultura anglo y activo periodista que lleva más de 20 escribiendo, no sabe qué es la TRADUCCIÓN.
¿Qué pecado había cometido? ¿Cuál fue su error?
Simplemente quejarse y opinar sobre lo desafortunada que le pareció la traducción de la película Los Vengadores 2 La Era de Ultrón.
Lo que no sabía Juan Gómez es que Los Vengadores eran en realidad traductores disfrazados (joking).
El artículo fue tuiteado por él mismo en formato "foto móvil". ¡Qué suicida el tío!
La cosa fue subiendo de tono: ¿Qué había dicho Juan para molestar tanto a la parroquia?
Cito frases textuales:
"Podríamos pensar que los mal pagados traductores no se dieron cuenta y se comieron esa palabra sin ningún propósito de censurar"
"Sin embargo, los brillantes traductores al castellano decidieron que ellos sabían más que señores que cobran seis millones de dólares por hacer un guión de cine, escribiendo en su lugar: Mirad, nos ha dejado un grafiti."
"PARA EL EJECUTIVO DE LA DISTRIBUIDORA, [...] los españoles somos un país de ignorantes a los que hay que darles todo muy mascado, y a ser posible que suene a risa."
Luego cita títulos traducidos de manera tremenda al castellano desde el original inglés y prosigue...
"Y no sirve como excusa que tenemos los mejores actores de doblaje del mundo. Primero, eso dejó de ser cierto hace quince años, pues ahora con lo que cobran apenas pueden hacer su trabajo dignamente. Y segundo, doblar es robarle al actor su voz, al espectador miles de matices y violar el producto final. Y no creo que nadie quiera presumir de tener los mejores ladrones y violadores del mundo."
Ya está, a la guerra, acabemos con Juan Gómez Jurado. A la hoguera. A las barricadas.
Los tuits de contestación a Juan se dividieron en dos facciones: La de la gente formal, seria y profesional que intentaba argumentar y explicar. Y la de los cafres, que además fueron muy obvios, con una comprensión lectora nivel "te lo voy a explicar con un dibujito".
Soy Filólogo, siempre lo pongo en mayúscula aunque sea poco ortodoxo porque me reivindico, y no había visto tal desbarajuste respecto a la comprensión de un texto ni en mis primeros años como tutor de segundo de la ESO.
La vergüenza y rabia que sentí ayer ante la prepotencia de mucha gente que tergiversaba el texto de Juan alcanzó cotas indescriptibles.
Pero, leamos el texto. Sí, esto no va dedicado a los traductores, sino a los traductores malos, gañanes y lectores mediocres que tuve que enfrentar ayer.
Lo primero que uno debe hacer al leer es comprender que la literalidad del significado no es siempre la intención del mensaje. Un texto son palabras para un mensaje. Mensaje complejo. Igual un poco de Jakobson nos vendría bien.
El texto aparece en una sección de opinión. Opinión, repito.
Por tanto, no era ni un texto académico, ni un texto técnico, ni un texto documental sobre la precaria vida de los traductores.
Su título Venganza contra la traducción es un juego de palabras que se relaciona de manera directa con dos factores del texto. Un factor intertextual y otro paratextual. El intertextual es la referencia en las líneas 6-7 a Los Vengadores: La Era de Ultrón. El paratextual es la foto a color de arriba.
Ni tan solo es un juego de palabras original o difícil. Es obvio y directo como requiere en ocasiones el lenguaje periodístico.
No lo entendieron y pensaron, literalmente, que Juan Gómez Jurado buscaba venganza real.
El texto se estructura en tres grandes bloques de contenido que describen a público (sujeto inicial de la narración de hechos en la que se incluye el mismo autor del texto), ejecutivos (sujeto disgregado del grupo traductores) y dobladores (última referencia en base a la labor que suele complementar la traducción).
Esto tampoco se entendió. Lo único que dice el autor en el texto respecto al sujeto traductores es que están mal pagados (sic). Véase cita anterior de este mismo artículo.
La referencia a la alteración del contenido viene referida a los ejecutivos, que, os guste o no, también forman parte del paquete.
Cualquiera sabe que el mundo de la traducción es complejo. Se sabe menos que es un mundo de equipos coordinados y nervios de acero. Casi nadie sabe que no son el primer paso de la cadena, sino a veces el último.
Pero, guste o no, son un equipo en el que entran desde ajustadores a localizadores pasando por señores que pagan y ordenan. Es lo que hay. ¡Qué putada!
Pues nada, que Juan nos has atacado, que Juan eres malo y Juan eres un ignorante.
Seguimos.
La bomba de la traca fue el decir que Gómez Jurado había comparado a traductores con violadores y ladrones (!)
Y ahí es donde a mí me dio el cabreo y dije basta.
Eso es no saber leer.
Repito: Los que dijeron esa barbaridad no saben leer.
Volved al cole. Compraos un manual Micho. Pedid ayuda en la Iglesia y que os enseñen las monjas o los curas. Buscad ayuda en la Biblioteca. Os urge.
Si unos supuestos traductores son capaces de decir que existe esa identificación en el texto cabría recordar que:
1) Hay sentidos literales y figurados. En este caso el verbo robar es sinónimo de suplantar. El doblador suplanta la voz de los actores. Y claro que pierde matices. Para empezar no es la misma voz. Lógico, de unir línea de puntos.
2) La acepción de violar en el texto no tiene que ver con la violación sexual. Se puede violar una propiedad, violar una norma o una ley. Pero qué cojonudo queda ir al significado más dañino para desacreditar al otro.
3) Haya o no equipos de traducción, haya o no voluntad de hacerlo bien, haya o no precariedad, el trabajo debe salir adelante con un resultado DIGNO. Repito: Resultado digno. El 98% (porcentaje inventado; quede clara esta broma no sea que hoy tenga que enfrentarme a expertos en estadística que tampoco supiesen leer) del público que vio Los Vengadores no se paró a pensar en esto. Pero Juan Gómez es escritor y periodista. ¡Qué mala suerte!
Vamos acabando.
La guinda del pastel la puso un tuit que decía: "Tienes nivel para opinar sobre traducción cuando seas un traductor, ni más ni menos"
Tócate las narices que ahora para poder opinar tenemos que convertirnos en Google Translator (esto es otra broma, lo aclaro por si se molestan los creadores del "maravilloso" Google Translator.)
En resumen, lo que se vivió ayer en Tuiter me da vergüenza ajena, siento rechazo y me siento indignado por las reacciones de muchos, no de todos, que se dedicaron a decir auténticas mentiras.
No, no soy Traductor, también lo escribo en mayúscula de modo poco ortodoxo porque también os reivindico, sino Filólogo. Y por eso reconozco de largo cuando alguien no ha sabido leer un mensaje.
Leed más, traduciréis mejor.
Nota al pie: Los que me acusaron de no respetar la ortografía porque no sabían distinguir una errata de una falta no han tenido la suerte de entrar en esta rave.
David Marzal
Profesor, licenciado en Filología Catalana y escritor.
Editor SEO para webs comerciales y corrector de textos.
Participo en la revista Píxel Busters y en la web cultural Allegramag.
Lo que le ha pasado a este señor es lo que le pasa a la gente que llama ignorantes a quienes ven películas dobladas en su idioma, y me remito al final del penúltimo párrafo de "su artículo" (lo entrecomillo porque ahora parece ser que el artículo no es suyo, que lo redactó una secretaria que puso cosas que él no había dicho y que en realidad era una entrevista o no sé qué historia).
ResponElimina¿Cuándo entenderá esta gente que los subtítulos perjudican a la versión original más que los doblajes, que se inventaron para la gente sorda y que las películas se ven y no se leen? ¿Cuándo entenderá esta gente que los espectadores tienen derecho a elegir el idioma en el que ver la película y que si en la mayoría de los cines no se proyecta versión original no es culpa del doblaje, sino de la demanda?
Chico, para ser filólogo (yo lo pongo en minúscula, como médico, abogado o cocinero), cometes un montón de faltas ortotipográficas. ¿Has oído hablar de las comillas latinas, por ejemplo? ¿O que entre la cifra y el porcentaje se deja un espacio de no separación? Y qué decir de tu entrada: defender a un tipejo de tal calibre me parece un ejercicio inútil. Hale, sigue escribiendo entradas como esta y retrátate a ti mismo. Ya de paso, te propongo que traduzcas cualquier película (o que la subtitules), a ver qué tal se te da, majete.
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