Twitter

Si pulsas en esta célula mi sangre textual circula

9/15/2012

LA PUTA I LA RAMONETA

Volvemos al tema recurrente, pegadizo como una mala canción del verano y siempre subjetivo de los nacionalismos. Y a lo mejor hace falta ir aclarando algunos conceptos para que nadie se lleve a equívoco: Catalunya es una nación le pese a quien le pese. Supongo que tras esta frase alguno/a ya habrá clasificado mi ideología, me habrán metido en algún listado de nacionalistas peligrosos, habrá pensado que soy una especie de horror social y muchas cosas más. Pero lo siento: Catalunya es una nación.

Y lo es porque tiene, ha tenido y seguirá teniendo lengua propia, historia propia e identidad propia. Sentirse catalán no es un capricho, no es el fruto de una locura pasajera, ni una estrambótica manera de afrontar la vida. Sentirse catalán no es más que reconocerse en el reflejo de una tradición común, plural e igual de milenaria que otras tantas entre ellas la española. Pero no es mi propósito hablar del nacionalismo sentimental. Es muy fácil perder el oremus en lo que a sentimentalidad se refiere y acabar exponiendo una especie de euforia del amor, patria y fe ( Jocs Florals).

Derecho civil, lengua e historia confirman las tres bases primigenias del nacionalismo. En su primera fase, allá por un lejano siglo XIX, se propugna este pensamiento político estructurado como la recuperación del prestigio, la identidad y el valor de la cultura propia (la catalana en este caso). Evidentemente, no les vino la luz de un día a otro. Ya circulaban teorías de origen nacionalista en Alemania y es justo desde esas bases desde las que bebe Catalunya para afrontar un reto de origen cultural y lingüístico. El dolor provocado por la castellanización había dejado huella y fue justo aquella burguesía industrial que antaño rió las gracias de castellanos y franceses la que incitó un nuevo panorama. Fue Bonaventura Carles Aribau quien en 1833 con su poema La Patria hacía la siguiente identificación:

                                           En llemosí sonà lo meu primer vagit,
                                           quan del mugró matern la dolça llet bevia;
                                           en llemosí al Senyor pregava cada dia
                                            e càntics llemosins cantava cada nit.

                                            En lemosín sonó mi primer grito,
                                            cuando del pezón materno la dulce leche bebía;
                                            en lemosín al Señor rezaba cada día
                                            y cánticos lemosines cantaba cada noche. (N del T: Llemosí, occitano)

El término "llemosí" referido a la lengua identifica la lengua en la que se escribieron los primeros poemas de corte trobadoresco en Llengua d'Oc y afina la referencia de recuperación histórica de una identidad anulada "por justo derecho de conquista" tras la Guerra de Sucesión. Los catalanes pasaban pues de una situación lingüística de diglosia (el castellano es lo formal y propio para lo serio y el catalán es de casa y la calle) a una situación que pretendia la recuperación de la lengua como símbolo de prestigio. Aribau había dado en el clavo: La lengua es la nación de los seres humanos pues esta no entiende de barreras geográficas sino de personas (lo que hoy llamaríamos ciudadanos). Pero como todo camino no tarda en encontrar sus resistencias hubieron varias.

La primera resistencia al nacionalismo catalán en contra de lo que muchos creen no vino por parte solo de los castellanoparlantes, entendidos estos como los propulsores de leyes que habían creado un territorio asimétrico en base a la exclusión de las leyes civiles, sino también de los valencianos y catalanes que, basados en una burguesía de base agrícola, estaban mucho más pendientes de sus intereses con el centro capital que con Catalunya. Y es justo de esta escisión en el origen de los recuperadores del prestigio donde empiezan los problemas. Mientras Catalunya miraba a Europa, Valencia miraba a Madrid. Mientras Catalunya monitorizaba la Revolución Industrial proveniente de Inglaterra, en Valencia se anquilosaba el sector productivo agrícola.

Però, ¿había sido independiente Catalunya alguna vez?. La respuesta, sorpréndanse, es sí. Rotundamente sí. Antes de 1700 Catalunya era un territorio con instituciones propias constituidas e integradas dentro de la Corona Aragonesa pero  con  parte legislativa propia y autónoma, con derecho de decisión propio y con un entramado centrado en la llamada Cancelleria Reial que contaba con el Regne de València y en parte aunque de manera más limitada con Baleares. Els Furs (fueros), derechos civiles propios de los valencianos y catalanes otorgados con anterioridad y reconocedores de un statu quo propio y singular eran la muestra más evidente. Propios y singulares pero no aislados, pues los pactos con la Corona de Castilla se sucedían. Por decirlo en roman paladino: Sería el matrimonio de Isabel la Católica y Ferran el que daría al traste con la evolución normal del encaje entre las dos coronas. Castilla se impuso y Ferran nunca montó como debiera puesto ella era quien decidía y firmaba. Anexión esta que conllevó desde despoblación del Regne de València por la expulsión de los moriscos hasta dominio económico por las nuevas tasas y haciendas establecidos en tierras que hasta ese momento cobraban sus impuestos.

Pasado el sorpasso del Decreto de Nueva Planta firmado a fuego y sangre por Felip V d'Anjou de la casa Bourbon el pueblo catalán y sobretodo el valenciano caen en un cul de sac identitario. El proceso asimilador a las maneras y costumbres castellanas se acelera, intensifica y se impone por la fuerza. ¿Sabían que por el simple hecho de celebrar fiestas populares valencianas o llevar ropa tradicional podía uno ser ajusticiado? ¿Sabían que se prohibió la emisión de documentación legal en catalán? Visto desde la actualidad sería simple y llanamente un genocidio cultural. Visto desde aquella perspectiva, en la Edad Moderna, época de formación de los Estados modernos, era simplemente una pieza a mover en el convulso tablero europeo. Pero eso dejó huella. Una huella que afloraría en el XIX.

El desarrollismo industrial se veía limitado por las exigencias de nobleza, realeza y clero y la burguesía catalana observaba como sus intereses ubicados en fábricass téxtiles se ponían en manifiesto riesgo tras acuerdos y pactos comerciales lesivos. Ante este proceder cabían dos perspectivas: O Catalunya cedía y paralizaba su motor productor o bien tiraba adelante con un plan propio, un sistema autónomo. Sistema autónomo que en un principio se concibe como un encaje con el resto, no como una huída sino como una aportación. Y esa fue la espita que con unos ojos puestos en Europa abrió las puertas a la idea de la recuperación política, económica y social de un territorio mermado. Y a esa recuperación cultural en su esencia y política en su proceder se la denominó Renaixença.

Y el proceso avanzó a duras penas entre algunas escisiones, muchas derivaciones, algún agrio enfrentamiento y muchos acuerdos que dieron como resultado obras excelsas y un papel renovado a Catalunya que acabaría dando como resultado el Modernisme (1892-1911), reflejo y reacción contra el pasado en consonancia con movimientos como el Modern Style inglés, el Jugendstil alemán, Sezessionstil austriaco o Art Noveau francés. El esplendor volvía pues como un acto reflejo de aquel Imperio que dominó el arco mediterráneo llegando incluso a Italia. Pero las bases del Modernismo cultural no encajaban con el dominio político. Eran, por así decirlo, demasiado rápidas, demasiado atrevidas, demasiado irracionales. Y en un gesto de control sin precedentes  nacía un movimiento equilibrador: El Noucentisme (1906-1923) Si observan la cronología hubo años en que lo modernista daba paso, se superponía, a lo novecentista, pero es justo con el golpe de Estado de Primo Rivera en 1923 cuando ese movimento se paraliza. De este periodo son por ejemplo tan ilustres pensadores como Eugenio d'Ors y Josep Carner. Pero, ¿qué ocurrió en el Noucentisme?

Pues básicamente se consiguió por primera vez la unión efectiva, real y manifiesta de política y cultura. Se reforzó la burguesía de manera hegemónica y triunfa una visión contra: a) El laicismo. b) El liberalismo c) El romanticismo (recordemos matriz del nacionalismo alemán) d) El naturalismo e) El positivismo. Y triunfan: a) El intervencionismo b) La racionalidad c) El espiritualismo renovado d) El clasicismo y el mediterranismo.

Y también el Primer Congrés de la Llengua Catalana (1906), la creación del Institut d'Estudis Catalans (1907), Sección Filológica de l'IEC (1912), Biblioteca de Catalunya (1914) y sobre todo Normes ortogràfiques (1913), Diccionari ortogràfic (1917) y Gramàtica (1918) de Pompeu Fabra. Sería ya el fatídico 1932 cuando llegase el Diccionari General de la Llengua Catalana.

Justo en este momento, con una lengua normativa, una cultura prestigiada, un vigor internacional intenso y una estructura económica, política y social que tenía su máximo exponente en la Mancomunitat se viene abajo, se hunde y llegado el aún más fatal 1934 acaba en tragedia. Catalunya nunca más volvería a ser la misma pues nunca más le permitirían recuperar con normalidad su lengua, cultura e identidad.

La dictadura de Francisco Franco mandó al traste cualquier identidad que no fuese la española porque él también recuperó la tradición. La tradición unitarista, centralista, uniformadora y uniformizadora del mito imperial español. Se recuperó la simbología de España como unidad pero no diversa. Y la expulsión en esta ocasión no sería de moriscos sino de ciudadanos inocentes que acabarían ajusticiados, exiliados o simplemente anulados. Y este proceso duró como ustedes sabrán 40 años. Cuarenta años es casi medio siglo. ¡Oh! Sorpresa. España ha vivido casi medio siglo bajo una dictadura autoritaria que convirtió cualquier disidencia contra la auténtica identidad española como una afrenta, un insulto o u delito. Fueron las épocas del háblame en cristiano, el aceite de ricino y las palizas en comisaría por hablar catalán, las violaciones a mujeres y posterior rapado de su cabeza por hablar catalán, la burla a niños y castigos físicos por hablar catalán...Y así un largo etcétera que se sumaba a los mismos castigos por ser libre, pensar, reunirse, amarse de igual a igual, no ir de la mano del poder en sus tesis, no decir lo que el poder quería que se dijese... Porque toda España sufrió el franquismo, claro. Pero los catalanes y sobre todo valencianos (mención expresa al caso de Euskadi que fue demoledor) lo sufrieron aún más porque no solo les obligaban a ser algo que nunca habían sido (españoles en el sentido estricto de su idea de españolidad) sino a serlo en una manera que no podían serlo (españoles de una sola lengua, un solo pensamiento y un solo centro). Se producía la perversión sin retorno de los símbolos españoles para acotarlos a una sola identidad que no era, ni fue ni quieren que sea la catalana.

Y la esperanza que abrió el periodo democrático a partir de 1975 y la convulsa Transición se tradujo básicamente en: a) Imposición de un rey que para más inri es de origen Bourbon. b) Reconocimiento de autonomía que acaba siendo un café para todos muy bien vehiculado por UCD y PSOE e incluso, alucinen, CiU c) Admisión de la cooficialidad lingüística dentro de los territorios de lengua catalana (no sea que por hablarlo fuera alguien se ponga malito) d) Nominalización de los diversos territorios de manera incorrecta (perdonen ustedes pero o Regne de València o País Valencià o Comunitat Valenciana pero no Comunidad, revisen el Estatuto que por cierto no ampara País Vaalencià pero tampoco ampara Comunidad Valenciana) e) No castigo ni amonestación de los crímenes franquistas f) Amparo y formación de grupos de origen franquista y neonazi adheridos a sistemas de eliminación lingüística (blaverisme) g) Disgregación del sentimiento unitario del pueblo catalán h) No obligatoriedad del aprendizaje de la lengua materna de los catalanes que es el catalán y no el castellano (sí, aquí ya sé que levanto ampollas pero lo que es es. Mi bisabuela y abuela eran monolíngües catalanas que hablaban castellano solo en la calle porque no podían hablar otra cosa. Revisen el proceso de bilingüización unidireccional que describe Joan Fuster) Y así un largo etcétera.

En resumen, la democracia no ha sabido dar respuesta a los retos que de ella se esperaban. No ha sabido entender que tras cuarenta años de franquismo almenos los catalanes merecían una disculpa, no ha sabido reconocer que el franquismo fue delictivo y que destrozó el país, no ha querido crear un país diverso porque limita las lenguas a sus territorios y las empuja a la desaparación mediante modelos de sustitución lingüística sin igual, no ha podido concitar una reconciliación real entre los diversos conceptos de España y sobre todo no ha sabido dejar de ser nacionalista española. 

Porque solo el día que los españoles dejen de practicar el nacionalismo español los catalanes dejarán de practicar el nacionalismo catalán. Porque si los catalanes quieren ser lo que son basándose en todo lo expuesto de manera abreviada anteriormente deben tener la capacidad de acometer su proyecto, su camino democrático y aquí admito (a muchos no les gustará) que se debe y se tiene que hacer dentro del marco constitucional, porque solo el día en que la Cosntitución sea expresada en términos plurales y no como una máquina de matar diversidades habremos sido verdaderos demócratas, porque solo el día que podamos mirarnos a la cara y compartir una historia no desde el mito sino desde el hecho, no desde la pasión entregada sino desde la racionalidad, no desde la bandera sino desde la letra documental, habremos avanzado algo. Y solo cuando los nacionalistas de una y otra parte dejen de jugar a la puta i la ramoneta a lo mejor debatimos con calma. 

Mientras, ustedes, pueden seguir preguntándose quiénes son, poner palos en la rueda o inventar mil teorías que van de lo pseudolingüístico hasta la manipulación más lacerante. Otros lo tienen ya claro y por eso caminan hacia la autodeterminación. Cálmense, relájense, se llama Democracia. Benvinguts. 

David Marzal 

Professor de catalán y escritor.

Nota al peu: Segons les consideracions del nacionalisme purista havent expressat l'anterior informació i fins i tot per tenir aquest blog d'escriptura en castellà sóc gairebé un espanyolista perillós. No us confongueu amics, també sou benvinguts a la Democràcia.

11 comentaris:

  1. Un administrador del blog ha eliminat aquest comentari.

    ResponElimina
  2. has probado el fuet como juguete sexual?

    ResponElimina
  3. Te parece bien cambiar cataluña por qatarluña?

    ResponElimina
  4. Porque sera que los nazionalistas catalanes son mas retrogrados que los fachas españolistas? de un vasco...

    ResponElimina
  5. acabo de abrir tu blog y me ha saltado el avast

    ResponElimina
  6. Si tan catalan de pro eres... escribe en catalan no?

    ResponElimina
  7. o no sabes? XD

    ResponElimina
  8. Eres de esos escritores que escriben cosas infumables para el regocijo personal a lo paja cultural como el personaje de "un final made in hollywood" o es que simplemente eres aburrido per se?

    ResponElimina
  9. L'autor ha eliminat aquest comentari.

    ResponElimina
  10. Si haguéssiu entés el final del text potser podria rebatre però veig que no heu entés res.

    ResponElimina
  11. El més trist es q no val la pena esforçar-nos a explicar res. Un gran escrit, gràcies

    ResponElimina

Es prega sinceritat. Se ruega sinceridad.