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Si pulsas en esta célula mi sangre textual circula

4/24/2014

DEVALUACIÓN

Ya ha pasado Sant Jordi. El dragón vuelve a su cueva y el caballero a su cuartel. En Barcelona aún huele a rosa y a libro. Todo ha sido un éxito. ¡Qué país tan culto y magnífico! Decía un escritor que 'ojalá tuvieran algo así en Inglaterra'. Pobre, no sabía lo que hay realmente. En Barcelona huele a rosa...Pero también a FNAC furibunda.

Confundir lo que más vende con lo que más calidad tiene es de una torpeza épica. A veces, muchas, coinciden ambos factores. Otras veces ni de coña. Hay que leer de todo. Bueno, malo y regular. Porque solo leyendo de todo se puede aprender realmente a leer bien. Es lo que algunos profesionales llamamos el 'libro que cae de las manos'. Es decir, ese libro que muchos te venden como ideal y no puedes soportar o viceversa. Nos ha pasado a todos.

Pero el problema ya no se reduce a ese factor. El problema es que estamos siendo estafados. Sí, estafados en mayúsculas. Se nos están vendiendo libros que no son literatura. Y no me refiero a los de cocina. Algunos libros de cocina están mejor redactados que algunas novelas pretenciosas. Por mor profesional y por gusto soy un lector compulsivo. Paso épocas en las que me enclaustro y devoro páginas. Y otras en las que nada me satisface. En esas épocas de poca satisfacción recurró a la relectura. Pero hay algo que no me salto jamás: Nunca leo nada que no me dé tres mínimos de fiabilidad.

El primer factor es el editorial. Cuanto más grande esla editorial más paja se cuela y menos agujas encuentras. Esto vale para todas. Pero mi experiencia me dice que hay dos que se han mostrado muy estables en calidad y oportunidad: Seix Barral y Alfaguara. Caso aparte son las editoriales catalanas que tienen joyas increíbles como La Magrana y colecciones magníficas como los MOLC, pero están cada vez más maltratadas por la presión del mercado. In Blackie Books we trust, que diría aquel.

El segundo factor es la crítica. A ver, la crítica seria, la de revista filológica, la de campus, la de gente que lee sin seguir la línea con el dedito. No eso que nos venden como crítica y solo son recensiones de dudosa calidad. Si de algo os vale mi consejo: Huid del modelo Babelia como de la peste negra. No lo digo yo. Lo dice también mi exporfesor de Teoría Literaria. Aunque en este punto no hay mejor crítico que el propio lector.

El tercer factor es la ambición del autor. Me gustan los autores ambiciosos (no confundamos ambiciosos con gilipollas, please) que saben por dónde van. Y dónde quieren ir. Soy un amante empedernido de los autores outsiders, de los que llegaron retronando y de los que han sido capaces de pasarse por el forro la corrección política para darnos obras maravillosas. Lo siento, en este sentido tengo dos debilidades: Irvin Welsh y Lucía Etxebarría. Sobre todo porque a ella muchos la odian. Y eso me pone cachondísimo literariamente hablando. No hay nada mejor que un autor con personalidad propia. Y con voz propia.

Y es justo en este tercer factor donde me encuentro (oh sorpresa) que Lucía lo ha vuelto a hacer. ¿Cómo que no tengo stand en Sant Jordi? Pues Barcelona serà mi stand. Y va la señora y se planta en Plaça Catalunya, pleno centro de la misma, y se encasqueta sus pastagafas favoritas, su camisa rouge de I Love Me y sus tejanos de parque maquinero para firmar libros. Firmar a la gente que la lee y a la que no. A todos. Porque si hay algo que tiene Lucía es complicidad con sus lectores/as. Y eso lo han visto mis ojitos verdes oliva de Jaén. Sí, sí. Horas firmando y atendiendo. Sentada con sus lectores a los que adora y compartiendo.

Lucía no ha tenido stand. Pero es que la FNAC se ha quedado vacía en sus stands porque los autores han dicho basta. Y eso honra a los autores y autoras. Pero les expone a una dolorosa paradoja: Si no quiero firmar en la FNAC porque tratan a los curreles como mierda, ¿cómo es que yo, escritor reivindicativo, sigo vendiendo mis libros allí? ¡Ay! El artista social y su dramática situación.

A lo mejor todos esos autores deberían haber hecho como Lucía Extebarria. Irse a un banco, olé metáfora de los tiempos, y sentarse a firmar. Y además actualizando el mundo trovadoresco y la juglaría all in one. Porque se ha llevado músicos como Luis Algar, que son por definición las almas de las plazas más potentes. Y allí han cantado, bailado, firmado...Hay que tener mucho valor, ser muy inteligente y tener amor propio para exponerse así. Ella no lo dirá nunca porque lo esquiva, pero lo diré yo: Qué puta vergüenza que la única autora que atesora los premios editoriales y galardones más importantes de este país y está traducida a decenas de idiomas no tenga un mísero toldo en Sant Jordi. Pero tiene coraje, por no decir otra cosa que empieza por co- para irse a la plaza. Y que luego digan que el espíritu del 15-M ha muerto. ¡JA!

David Marzal

Profesor y escritor.