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Si pulsas en esta célula mi sangre textual circula

9/27/2012

A CARA DE PERRO

Las últimas 48 horas han sido en lo que llevamos de trimestre las más significativas. No sé si ustedes se habrán dado cuenta pero los teóricos del shock campan a sus anchas gracias a la complaciente pasividad de la mayoría de la población. Mientras se conculcan derechos aquí y allá, el Estado del Bienestar es derruido, el hambre se cierne cada vez sobre máss gente, la enfermedad se aglutina en colas sin receta, la Educación se pervierte con los manejos de la inutilidad y la coacción pasa a formar parte del modus operandi del Gobierno, nuestro Presidente (sí, hay que joderse, es el de todos) se fuma un buen puro paseando cual Frank Sinatra rancio por Nueva York. Martínez Soria debe estar descojonándose en su sagrada tumba al ver semejante paletada.

Los teóricos del shock están mucho más presentes de lo que usted y yo podemos llegar a imaginar. Porque la teoría del shock no es una presencia, es un discurso. Es el discurso de la opresión que permite, eso sí, bien parapetados en las normas democráticas, destrozar a la ciudadanía. Comparen el Estado de sus cuentas en todos los sentidos desde 2003 a esta parte y asómbrense. 

Contaba el escritor Manuel de Predolo, insigne literato dedicado a la novela negra, en su obra teatral Homes i no que cuando un muro se derrumba detrás hay una reja y que cuando la reja se parte detrás hay otro muro. Cíclica historia de las diversas capas del autoritarismo y la inmoralidad. Tan cíclicas que las estamos renovando a toda prisa. Tanta prisa que ya nos han estallado en las manos. 

El Gobierno simplemente ha perdido el control de la situación. Y lo ha perdido porque le conviene perderlo. Porque a mayor confusión y locura mayor aplicación de normas de tapadillo sin comerlo ni beberlo. Hoy mismo, 26 de septiembre, se ha anunciado por parte de infinidad de medios (sí, aún hay prensa, aprovechen) que el sueldo de los funcionarios públicos volvería a ser congelado en 2013. Casualidades de la vida, por la mañana, el ministro de Defensa (¿o era de Indefensión?) felicitaba a la polícia por su "espléndida" actuación en las manifestaciones del 25-S. Tan espléndida que se les recompensa con un nuevo pullazo en la nómina. Pero tranquilos que hay suficiente ruido como para tapar las voces de trece mil niños cantores.

Ante esta situación la oposición sigue a lo suyo. Si la imagen del Gobierno es tristérrima la de la oposición es inmovilérrima (neologismos de la crisis se llaman). Rubalcaba está más perdido que la barca del arroz. Pero yo también lo estaría. No debe ser plato de buen gusto entrar a barrer la caca depositada a modo de sedimento legislatura tras legislatura por unos y otros, tête à tête 36 añazos, ¡toma ya! Otros partidos están que lo tiran. UPyD sube como la espuma pese a un discurso trufado de populismo en el que algunas cosas son lógicas y necesarias y otras son simplemente boutades de medio pelo. IU va de Robin Hood pero luego descubrimos que no aprueban que los niños dejen de pagar el tupper. Y los nacionalistas ya están inmersos en procesos electorales. Mas, incluso, apuesta por la independencia. Yo también quiero la independencia. Quiero independizarme de la farfolla que nos desgobierna. Curioso y fabuloso todo.

Y, ¿usted qué hace? Tomaré como prueba el testimonio de tres personas en las últimas 48 horas. La persona A, mujer, en la cuarentena y con trabajo, autónoma, dos hijos y una hipoteca, declara que los políticos necesitan que les den un "sustito", nada grave, pero un "sustito". La persona B, mujer, cercana a los 76 años, varios hijos, jubilada, pensionista, declara que en su vida hubiera imaginado "ver España como está ahora". La persona C, mujer, en la treintena, sin hijos, en paro y sin perspectivas, declara que si por ella fuera enviaba a todos los políticos a una isla sin comida para que agonizasen y se les quitasen las ganas de reirse del pueblo. Lo curioso es que hace tan solo nueve meses la persona B dijo a C y A que no votasen al insigne fumapuros porque se iban a arrepentir. ¡Ecco!

Vista la situación me acuerdo constantemente de la novela cumbre de Bret Easton-Ellis, American Psycho, y de las palabras de Churchill a la Cámara de los Comunes el 13 de mayo de 1940. Al final de la novela, historia de un yuppi sin escrúpulos que se dedica a gozar matando, una frase lapidaria cierra la cruenta trama de crímenes impunes: No hay salida. Tampoco la había cuando el presidente que salvó a Inglaterra de la invasión nazi y ganó la Gran Guerra prometió "sangre, sudor y lágrimas". Y así fue. Pero en aquella época lloraron todos desde lo más alto a lo más bajo. Al final será cuestión de coger un nabo del terruño y ponerse en plan Scarlett a gritar aquello de "A Dios pongo por testigo de que nunca volveré a pasar hambre". Y para los que no crean en Dios siempre les quedará enfrentarse a la bestia que hemos alimentado e intentar, almenos, no creerse sus mentiras. 

Y ahora ya pueden volver a sus vidas esperando que esto se solucione solo. Mientras, Churchill debe estar llorando, lagrimeando y sudando ante la angustia que debe producir el estado del mundo actual. Tanto sudar, sangrar y llorar para esto. Y luego algunos políticos se extrañan si la ciudadanía les mira a cara de perro.

David Marzal

Profesor y Escritor.

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