¿Se acordaba usted el sábado día 16 de mayo de Pasqual Maragall? Esa es la pregunta que deberíamos hacernos todos. Porque lo que vivimos ayer a raíz de su subida a un escenario de campaña de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) fue un festival del despróposito enorme. No tardaron los odiadores profesionales del nacionalismo catalán, esos que no lo son y luego no hacen más que exhibir bandera, en acusar a ERC de manipular. El señor Pasqual Maragall, aquejado del terrible Alzheimer, no podía tener conciencia de donde estaba y para qué. De repente, todo Tuiter era un gran gabinete médico lleno de entendidos en transmisión neuronal y retención cognitiva.
De ERC se dijo que eran 'la inmoralidad', 'manipuladores', 'no tenían escrúpulos'. Y cientos de cosas más que no escribo aquí porque tendía mucho a parecerse al obituario de Isabel Carrasco. La cosa iba en aumento sin cesar. ¡Qué domingo de gloria antinacionalista pasó la caverna! Pero ojo...Entre tantos que usaban lo de Maragall como arma contra ERC hubo mucho gente de buena fe que en su pleno derecho rechazó la escena. Entre ellos encontré desde gentes que habían padecido el Alzheimer de modo cercano hasta otros que buscaban la desvinculación de acto político y enfermedad. Y es justamente en este último punto donde reside el dilema.
Las personas, todas, enfermamos tarde o temprano. Pasqual Maragall es una persona enferma. Una persona enferma de Alzheimer que cuenta con un 'equipo' que le ayuda a sobrellevar la enfermedad. Su esposa, sobre todo su esposa, es la que tira del carro. Pasqual sabe que está enfermo, él y su familia hicieron un acto de valentía al exponerlo crudamente y sin tapujos. Por eso, el criterio de su esposa y círculo cercano jamás le haría daño. A Maragall, cualquiera que conozca un poco a su entorno lo sabe, le adoran en casa. Es casi un símbolo y no hay libros suficientes para describir el amor que su esposa siente por él.
Ayer llegó a decirse que su entorno le había usado. ¡Qué mendaces y miserables! Pero da la casualidad que hoy es su propia esposa la que ha hablado y la que ha contado la secuencia de hechos. Pasqual no iba al mítin de ERC. Pasqual iba a recordar la figura de su abuelo Joan Maragall, uno de los poetas más grandes de la Historia de la Literatura. Y viró el trayecto. Su hermano Ernest, número 2 de ERC, y él son carne y uña. Y llegó por sorpresa. Y dejó a todos con la boca abierta. El PSC no se lo perdona. Tenían a Maragall en el olvido y a venido a recordarles a todos que él, enfermo y protegido por los suyos, está donde quiso estar. 'Él es consciente y está contento de poder ayudar a su hermano', zanja su mujer Diana Garrigosa. De los que ayer pusieron en duda su intención y hablaron de manipulación sabremos más bien poco. Siempre huyen como ratas después de difamar y dañar desde su supina ignorancia.
David Marzal
Profesor y escritor.