No hay peor atentado a la libertad que el de la falsa protección. Hoy hemos asistido, una vez más, al discurso populista y tremendamente cínico de las que sin lugar a dudas se ha convertido en alternativa más nociva para nuestra democracia: Rosa Díez. La buena señora, en todo su esplendor populachero dice que ella quiere "proteger a los ciudadanos de los malos gobernantes". Pues empiece por usted señora.
El derecho a huelga no es solo un derecho, como muchos creen que atañe solo a lo laboral. Sino el derecho que consagra la gestación y procedimiento de la desobedicencia civil más firme. Sin huelgas, sin esa válvula de escape, las sociedades estallarían. Pero Rosa Díez no quiere prohibir la huelga. No es que no quiera, es que no puede. Quiere "regularla". ¡Vaya!, un momento. Miren lo que he encontrado: http://www.abc.es/20120926/local-madrid/abci-cristina-cifuentes-201209262228.html Rosa Díez declara esto tres meses después que la ínclita Cifuentes dejara escapar el globo sonda. ¡Qué lista que es nuestra Rosa! Como sabe que hay un sector de la derecha más radical clamando por la abolición de ese derecho ella remueve un poco el tema para ganárselos. También lo dijo ella que no "era ni de izquierdas ni de derechas y que en política se estaba para meter gol". Pues hija mía...te acabas de meter uno en propia puerta.
¿Han visto ustedes alguna vez la definición de "abuso del derecho"? Yo sí. Era el espíritu de todas la legislaciones liberticidas que ha tenido Europa. Derecho a pensar pero poco. Derecho a vivir pero lo justo. Derecho a trabajar pero con mis condiciones. Derecho a quejarse pero si te dejan. Derecho a cobrar lo que al patrón le salga de los huevos. Derecho a todo pero sin reconocer nada. Hasta que llegaron unos señores muy simpáticos e hicieron la Revolución Francesa sobre las bases del liberalismo primigenio. Pero eso a nuestra amada Rosa Díez se le debe haber olvidado.
Y cuando uno ya cree que el nivel de ignominia es atroz llega el séquito y empeora. A las 11:00, reluciente, una portada de Felipe González pidiendo regular la huelga. Rosa aprendió genial de su jefe por lo que se ve. A mediodía una horda de gente tratando a todos de descerebrados, manipuladores, manipulados, falsos...Joder, menos mal que estos son lo que repudian el victimismo nacionalista. Y ya por la noche la traca final con Gorka Maneiro llamando mentiroso a las claras a Carlos Carnicero y poniendo de prueba un titular de 2001. Moraleja: Rosa Díez solo sigue la tradición y está en su derecho de pedir la limitación del derecho a huelga.
Pues va a ser que no. Los gobernantes, todos, sin excepción, son elegidos y electos (otro día explicaré esto desde el punto semántico porque NO es lo mismo) para cumplir con sus obligaciones. Y la primera de todas es velar por la seguridad y derechos de los ciudadanos. Dicho de otro modo: Si estás contra los derechos ciudadanos estás contra los ciudadanos. Así de claro. Si vulneras el derecho a una vivienda estás contra los ciudadanos, si no permites el progreso en igualdad de condiciones estás contra los ciudadanos y si cercenas la libertad de expresión estás contra los ciudadanos. ¿Dónde ha quedado la Rosa Díez que se llenaba la boca de libertad cuando ETA atacaba? Porque desde luego es increíble que la misma que abanderaba la libertad ahora quiera cargársela. ¡Oh! Espera. Es que estaba más preocupada por llegar a hacerse con el dominio del PSOE y el PSE. Fíjate que en los 30 añazos que lleva en política esta señora no ha tenido tiempo de repasar eso de la Carta de Derechos Fundamentales o los Principios del Derecho Individual. Ella es moderna. Modernérrima.
Por eso hoy ha tenido la brillante idea de que para que la gente no moleste a otra gente que no quiere ser molestada debe limitar el derecho a huelga. Pues, escúchame bien Rosa Díez, por encima de mi cadáver y el de otros muchos. El derecho a huelga no se toca. Ya puedes apartar tus perversas manos de locuaz populista de este asunto. Porque como se os ocurriera a ti o al PP dar pábulo a tamaña barbaridad el aquí presente te iba a perseguir hasta el último confín de las tierras democráticas para denunciar la clase de dictadora que eres. Ya no cuelas Rosa, te has retratado.
Y ya puedes estar atenta porque los demócratas no vamos a dejar que se cuele una zorra así en el gallinero.
David Marzal
Escritor y Profesor.