Twitter

Si pulsas en esta célula mi sangre textual circula

7/22/2014

LAS MANOLO

El machismo es una ideología que no entiende de sexo. Está presente en hombres y mujeres de las más diversas edades y resulta tan obsceno en su representación que bien podría parecer broma. Pero no lo es en absoluto. No es broma que llevemos ya asesinadas cientos de mujeres, no es broma, tampoco, que se hayan mermado las ayudas a mujeres maltratadas. 

Ante este panorama solo cabe la resistencia y la militancia. La resistencia ante un ataque machista nauseabundo, la militancia con los feminismos como arma de la razón contra un patriarcado que estremece. Los y las machistas no lloran el asesinato de mujeres, lo aplauden. Los y las machistas no condenan la violencia contra las mujeres, la practican. Los y las machistas no apoyan a las mujeres heridas, las cuestionan. Los y las machistas no ayudan a denunciar, ponen en cuestión la denuncia.

En su mundo de demencia, los y las machistas disfrutan imaginando que eso de la 'teoría del género', que no saben ni qué es porque no han leído nada al respecto, es un negocio. Imaginan a las mujeres, como otrora hicieran los misóginos medievales, en contubernios lesbopower para anular  a los hombres. Creen que las maltratadas argüyen estrategias carroñeras contra hombres inocentes. El 'si le pega, algo habrá hecho' en versión moderna. Los y las machistas se disfrazan de liberales y llenan sus bocas de igualdad, también portan el disfraz de la izquierda y malnutren la idea de feminismo desde el postulado 'feminista pero lo justo'.

La sociedad, el individuo, los seres humanos, deben espabilar ante estas argucias del machismo dinosáurico y naftalínico. Ni un paso atrás ante las mujeres y hombres que abogan por culpabilizar a la víctima. El que determina la realidad del maltrato tras la víctima es el médico/a, el  o la policía y el juez o jueza tras el sufrimiento de la mujer atacada. Todo lo demás son melés de machismo y patriarcado.

A los hombres machistas ya sabemos detectarlos: Zafios, burdos, confundidores conscientes de machismo/feminismo, justicadores del pene erecto sobre la vagina a disposición del mismo, desnaturalizados entes que convierten el dolor en objeto de burla y el cuerpo en objeto de negocio. A las mujeres machistas, en cambio, aún no sabemos definirlas muy bien. Yo las llamo MANOLO, en mayúscula todo para gritarlo como si llevaran boina. O acabamos pronto con los machirulos y las MANOLO o se nos van a ir por la borda años de esfuerzo. A emponderarse y reivindicarse. Eso es lo que toca.

David Marzal

Profesor y escritor.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Es prega sinceritat. Se ruega sinceridad.