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Si pulsas en esta célula mi sangre textual circula

11/08/2012

149 Y EL DESAMOR.

Acabo de ver un vídeo sencillo, simple, escueto, casi naïf en su presentación. Pero a la vez es el vídeo más aterrador y desolador que he visto en mucho tiempo. Ya sabemos que la lacra del paro se cierne en forma de dedo amenazador día tras día, sabemos del dolor y las cifras, de las imágenes confusas de un mundo acelerado por el difuso nervio óptico globalizado. Pero ese vídeo rotundo y demoledor no habla de tragedias sino de esperanzas. Y por eso es, si cabe, aún más hiriente.

Enlutados en sus camisetas negras con símbolo de prohibición en rojo (imposible no venirme a la cabeza esa novela fundacional del realismo llamada Le Rouge et le Noir de Stendhal) hablan a cámara para explicarnos qué sucede. Todos se muestran animados, en grupo, conversan en tono distendido pero su rictus anuncia esa angustia que solo las parcas saben imprimir a sus víctimas.

Cuando una de ellas, una mujer de mediana edad, jovial, que me transmite sabiduría a través de sus palabras en diversos idiomas, habla, siento una punzada. Dolor que se agudiza cuando otra mujer explica que ella ha sobrevivido a diversas guerras. "No lo habré hecho tan mal cuando sobreviví a la guerra". Y así uno tras otro nos explican sus anhelos, sus ilusiones, su vida profesional. Exponen en una especie de atroz real cinemà sus ilusiones, frustraciones o logros. Y lo hacen para explicarnos a nosotros, los receptores de su trabajo, que están en peligro.

Oigo palabras como hijos, futuro, llegada, cadáveres, libertad, ideas, aprender, esfuerzo...Y se me diluyen los intestinos de pura congoja al comprobar como una presencia tétrica que redacta papeles con letras de deshonra amenaza a aquellas personas. Y me paro por un momento y caigo en una imagen recurrente: La de la mesita de noche de mi padre con El País abierto por la mitad. Y tengo que coger aire y respirar hondo para entender como en un vídeo de 9 minutos y 33 segundos se puede narrar tan bien la muerte civil. 

Ninguno de ellos sabe si en el futuro seguirá en ese grupo pero todos saben que el grupo no será el mismo. 149 periodistas, profesionales de la información, se van a la calle. Podemos pararnos a explicar cifras o anabolizadas encuestas de rendimiento empresarial. O simplemente escuchar sus voces y comprender que tengas la profesión que tengas estás en riesgo. Porque en esta era de la putrefacción todo se vuelve perversamente frío en el papel.

Siempre he imaginado, no sé muy bien la razón, que Maruja Torres no es muy de conducir coche y es más de taxi. Y que en sus trayectos al trabajo toma notas con los dedos aún manchados de tintas del pasado e incertidumbres futuras. Quizás Maruja ya esté escribiendo la desolación del amor que produce perder el contacto con las palabras. Sobre todo aquellas escritas por la gente que ha formado parte de tu vida a lo largo de 20 años. Quizás es el desamor lo que me duele...quién sabe.

David Marzal

Escritor y profesor.




 No al ERE en El País. Todo mi apoyo para todos y cada uno de los profesionales que al igual que los de otros medios como Público, Canal 9, Telemadrid y muchos otros están sufriendo el abuso y la burla de unos gestores horrendos.

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