Toulouse, 19 de marzo de 2012: Un hombre asesina a cuatro personas, tres de ellas niños, en un colegio judío. Horas después el presidente de la República Nicolàs Sarkozy se traslada al lugar del crimen y pronuncia la siguiente frase: "El odio no puede ganar". Al mismo tiempo, en una comisaría de la ciudad alguien ha visto el vídeo de la cámara de seguridad: "Lo hizo como si estuviera cazando animales"
Utoya, 23 de julio de 2011: Un hombre asesina 89 personas en dos ataques coordinados entre la capital Oslo y la isla de Utoya. Las víctimas son jóvenes menores en su mayoría pertenecientes a la izquierda socialdemócrata noruega. El asesino es detenido. Su nombre es Breivik. Al detenerle no muestra arrepentimiento. Dice que ha hecho un bien a la humanidad y se siente satisfecho. Era un plan diseñado a lo largo de toda su vida. Cuando los expertos revisan las cintas del suceso coinciden en el mismo dato: "Era un cazador. Les mató como a animales. La isla se convirtió en su coto de caza particular"
Alemania, 15 de noviembre de 2011: El ya dimitido presidente Wulff pronuncia la siguiente frase: "Se debe crear una comisión para evitar los crímenes neonazis. Su aumento es alarmante" Se acababa de saber que tres neonazis de manera coordinada habían sido los asesinos de más de 14 personas en Berlín, la mayoría de ellos magrebís indigentes. Al ser preguntado por el modus operandi el comisario de la Polizeibehörde contestó: "Eran frios, calculadores.Estipulaban un plan de ataque y se coordinaban. Elegían a sus presas con frialdad"
El relato de los hechos acaecidos en Francia no deja de ser una muestra más de aquello que los expertos denominan Hate Crimes o crímenes de odio. La estructura de los grupos neonazis se está ampliando gracias a unos poderes demasiado permisivos y a unas políticas de simpatía hacia el discurso racista y xenófobo para ganar votos. La inclusión de líneas de comportamiento colindante a la xenofobia o propiamente racista en infinidad de partidos políticos del arco europeo es un caldo de cultivo que está dando sus frutos: La muerte. En España dicen que no existe la extrema derecha. Error. Existe y mata. ¿O acaso no sabían que Valencia fue capital neonazi en 2008? Existe y extorsiona. Y está más vinculada al poder de lo que podemos pensar.
En la película de Michael Haneke Código Desconocido (Code Inconnu) los personajes, todos ellos inmigrantes en uno u otro sentido, sufren la amenaza constante de jóvenes. En una de las escenas unos jóvenes lanzan un papel a la cara de una mendiga. En otra, los mismos jóvenes insultan y humillan a una mujer en un vagón de metro. Lo más aterrador del metraje es la normalidad con que se desarrollan esos actos. Haneke crea más de 40 fragmentos de pequeñas tragedias cotidianas en las que la sangre no está presente pero si la violencia del aislamiento y la ignorancia hacia el otro. Preguntado Haneke por la intención respondió: "Nuestra sociedad se comporta cada vez más de una manera depredadora. El hiperindividualismo que promulgan algunos roza formas de neonazismo" Y cierra la película con la siguiente cita: " Solo el estúpido cree que el mundo acaba donde él acaba" Thomas Bernhard.
Thomas Bernhard, filósofo alemán de reconocido prestigio, pronuncia las siguientes palabras en uno de sus últimos ensayos: "Por primera vez desde la II Guerra Mundial la Democracia en Europa corre un serio peligro" (sic) Oido en televisión el 16 de noviembre de 2012 en España.
David Marzal
Escritor y Profesor
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Es prega sinceritat. Se ruega sinceridad.